Cambiar la habitación de tu hijo es crear un entorno acogedor, acorde con el desarrollo de su personalidad. Por lo tanto, es bueno tener en cuenta que la estancia del pequeño incorpore elementos coherentes a la edad y sobre todo a sus gustos y preferencias.
Cambiar la habitación de tu hijo es crear un entorno acogedor, acorde con el desarrollo de su personalidad. Por lo tanto, es bueno tener en cuenta que la estancia del pequeño incorpore elementos coherentes a la edad y sobre todo a sus gustos y preferencias.
Cuando queremos personalizar el cuarto del niño es importante no actuar a la ligera y pensar bien qué ambiente vamos a modelar. Tan solo necesitas un lugar que se adapte a su forma de ser, luminoso y alegre. Para evitar que tu hijo se encuentre incómodo y crear un cuarto acogedor y acorde a sus motivaciones, sigue estos 3 consejos:
3 consejos para cambiar la habitación de tu hijo
El objetivo es crear un espacio donde tu hijo se sienta identificado y que le ayude a desarrollar su imaginación y creciente personalidad. Para ello ten en cuenta:
La edad de tu hijo
No es lo mismo idear una habitación para un bebé de 7 meses que para un niño de 7 años. La edad de tu hijo va a definir el conjunto de características que tendrá el nuevo cuarto.
Para los más pequeños de la casa y siempre que podamos elegir, es recomendable ofrecer estancias amplias e íntimas. Además, es recomendable que la habitación del niño esté cerca de la vuestra y tenga una temperatura estable donde no haga ni mucho calor ni mucho frío.
Utilizando la misma lógica, un niño de 7 años va a manifestar gustos preferentes: colores favoritos, sus personajes predilectos. Son características que el propio niño va a determinar y podemos incluirlas en la decoración de su cuarto.
Los colores de las paredes
Los colores de los primeros años deben transmitir un ambiente tranquilo y apacible. Para lograr una decoración óptima conviene utilizar colores neutros, como el verde claro o el beige. Si quieres un poco más de alegría siempre puedes utilizar los clásicos rosa y azul pastel.
A partir de los tres años podemos usar colores más fuertes para ayudarles a desarrollar su creatividad. Tonos como el lila, el azul eléctrico y los naranjas son los favoritos de los niños más grandes.
Por otra parte, es importante tener presente que el color influye en las emociones de tu hijo. Las tonalidades que no aconsejamos para las paredes son: el rojo, el negro o el gris. Tampoco conviene incluir colores brillantes que generen nerviosismo o hiperactividad.
Los muebles y los juguetes
Es importante elegir muebles que aprovechen al máximo el espacio útil y no pierdan el encanto juvenil e infantil. No sobrecargues la habitación, no abuses de muchas estanterías y busca muebles funcionales y prácticos. Puedes incluir una cama o cuna, una mesita de noche, un armario y una estantería sin elementos de vidrio.
Una vez que se integren muebles y paredes en un conjunto armónico, aprovecha para iluminar bien el cuarto. El niño se siente más cómodo y seguro cuando no hay rincones sombríos o con penumbra.
Para finalizar la reforma del cuarto de tu hijo, incluye sus juguetes favoritos y crea un entorno alegre y acogedor. Los niños grandes tienen la capacidad de expresar cuáles son sus héroes y juguetes favoritos, para los más pequeños supone un factor importante la intuición de los padres. En cualquier caso, siempre quedarán bien los peluches y los móviles.
En resumen, el objetivo es crear un entorno agradable para tu hijo, donde juega un papel fundamental tu propia imaginación. Una vez integres los colores y los muebles, crea figuras originales para agregar a las paredes de la habitación, ten en cuenta la psicología de tu hijo y haz realidad sus sueños.
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