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Consejos para cambiar los colores de su habitación

Elegir el color de la habitación de los más peques de la casa es importante, ya que en función de esto, escogeremos el resto de la decoración.

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05/11/2019

Elegir el color de la habitación de los más peques de la casa es importante, ya que en función de esto, escogeremos el resto de la decoración.

 

Desde Garabatos, queremos darte algunas claves para elegir el tono más adecuado. ¡Que los niños se sientan cómodos y felices es nuestra prioridad!

 

Existen colores alegres, neutros, vivos, apagados… ¡todo un mundo de posibilidades!

 

Los colores de una habitación infantil van a depender de muchas cosas, entre otras, de la edad de los peques.

 

Cuando son bebés o muy pequeñitos, es obvio que la decisión es totalmente nuestra, pero a partir de cierta edad, es interesante tener en cuenta su criterio y su personalidad, siempre bajo nuestra supervisión y asesoramiento.

 

Generalmente, y cuando se trata de habitaciones infantiles, es recomendable utilizar colores claros y tonos pastel, ya que esto procurará una sensación de suavidad, paz y armonía. Y es que los colores se asocian directamente con el estado de ánimo, transmitiendo diferentes sensaciones y emociones.

 

Un lavanda, un rosa claro, verdes agua, o azules celestes. Los colores suaves que tienden al blanco crean una atmósfera de relajación y calma ideales para nuestros hijos. ¡Siempre puedes combinarlos con motivos ornamentales originales y detalles de luz que den un toque divertido y muy personal!

 

Dimensión, iluminación y estilo

 

Antes de elegir el color con el que queremos pintar la habitación de nuestros pequeños, deberemos tener en cuenta dos cuestiones básicas: la iluminación y el tamaño.

Así, cuanto más pequeña y menos luminosa sea la habitación, más claros y cálidos deben ser los colores elegidos: blancos, amarillos, naranjas o beiges son sin duda colores que ampliarán el espacio.

 

Si por el contrario, y por alguna razón, la idea es reducir el espacio y crear un ambiente más cerrado, los colores fríos como el azul, verde o morado, serán siempre la mejor opción.

 

¡Y ahora el mobiliario!

 

Ahora sí, entramos en el espacio favorito de Garabatos… ¡a por los muebles!

¿Los muebles van antes o después del color de la habitación? ¡Realmente no importa! Porque el tono elegido para un espacio se puede cambiar tantas veces como desees. Lo que sí está claro es que los muebles deberán complementar el color.

 

Un mobiliario de color blanco o de colores claros es ideal para añadir un toque de luz a las paredes, ya que contrastará con la pintura y otros accesorios de decoración. Por otro lado, si los muebles que tenemos ya son oscuros, lo mejor es pensar en pinturas de colores suaves y claros para las paredes, evitando que el espacio se quede excesivamente apagado y sin la luminosidad necesaria.